Nos gustaría empezar este artículo definiendo la palabra “startup” antes de entrar en el tema principal.
Existen miles de interpretaciones en el mundo financiero para intentar englobar un concepto general para este término y la conclusión es que no existe mucha diferencia a nivel conceptual con respecto a la definición de PYME o empresa emergente. La real diferencia entre estas dos terminologías radica en el enfoque, mientras que una PYME busca replicar un producto o servicio ya existente para cubrir la necesidad de un territorio en una extensión limitada (ciudades, departamentos, regiones), intentando crear ventajas competitivas en valores convencionales como: calidad, eficiencia u oportunidad.
Características principales de una startup.
Basan el desarrollo de su producto o servicio en tres características fundamentales, que son: innovación, tecnología y escalabilidad.
Innovación
Busca suplir las necesidades de sus clientes enfocándose en mercados inexplorados o con una incertidumbre marcada.
Tecnología:
Más allá de insumos tecnológicos (que son completamente necesarios), entendamos este concepto como el desarrollo de nuevas prácticas, formas superiores a las convenciones de hacer frente a la necesidad del usuario.
Escalabilidad:
Es indispensable tener un producto o servicio que pueda escalar a cualquier nivel, sin tener limitaciones de: tiempo, espacio, territorio, Infraestructura, entre otros.
Desde la mirada del inversionista, es crucial tener conocimiento de esta diferencia y aprender a identificar estas características a la hora de considerar incluir este tipo de inversiones en tu portafolio, ya que al ser negocios emergentes explorando áreas inciertas del mercado no es muy sencillo determinar el rango de una tasa de retorno real.
¿Por qué son atractivas para los inversionistas?
Existe un cliché que es muy famoso y aplicado en el mundo financiero: “a mayor riesgo, mayor rentabilidad” y la realidad es que va de maravilla para el tema startup, debido a que este tipo de portafolios pueden llegar a ser tan rentables que su retorno no se mide en porcentaje sino en veces de capital invertido.
Asociado a lo anterior, nace un concepto relevante, el inversionista ángel, que es la persona natural o jurídica que invierte (con recursos monetarios, infraestructura, relaciones comerciales, ideas de valor, experiencia, entre otros) en una startup durante su periodo de incubación a cambio de un porcentaje de participación en el negocio. Este concepto es muy importante, ya que reforma la manera de crear portafolios de inversión y lo vuelve aún más dinámico.
Crea valor financiero
Mario Pérez, socio de Grupo Valor, comparte en esta Masterclass su metodología de creación de valor, mediante el aumento del flujo de caja en las empresas.
Claves al momento de invertir en una startup:
Si bien invertir en este tipo de negocios representa un riesgo e incertidumbre que muy pocos estarían dispuestos a tolerar, desde Grupo Valor te enseñamos los principios claves para expandir tu portafolio a nuevos horizontes:
Paciencia:
Si bien las startups se caracterizan por tener un crecimiento explosivo y exponencial, los primeros años todas esas utilidades entrarán a un plan de reinversión para poder soportar todo el crecimiento acelerado al que se enfrentan. La rentabilidad potencial de tu inversión se verá en un periodo de 5 a 8 años. Cabe resaltar que los mercados actuales en los que existe mucha competencia y dinamismo, siempre podrás vender tu participación, siempre habrá alguien dispuesto a comprar.
Diversificación:
Las buenas prácticas del inversionista dictan que un portafolio de inversiones exitoso consta de tres partes: portafolio de crecimiento donde podrían encajar las acciones, negociaciones en bolsa y otros productos de rentabilidad media/alta, portafolio de seguridad del cual hacen parte las inversiones principalmente en bienes raíces, bonos y depósitos a término (rentabilidad media/baja) y un portafolio de experimento el cual no debe superar el rango del 5% al 10% (según tu nivel de tolerancia al riesgo) que te permita siempre considera una nueva oportunidad de expansión de dicho portafolio. Dentro de este rubro entrarían las inversiones en startups.
Visión:
De acuerdo a lo anteriormente mencionado, no es muy sencillo valorar empresas de este tipo, por lo que debemos recurrir a habilidades más cualitativas que cuantitativas.
Considerando estos tres pilares reducimos el nivel de riesgo y mejoramos la experiencia del inversionista en función a un mayor crecimiento de su portafolio.
Estas y otras metodologías más, son las utilizadas por Grupo Valor para garantizar a sus clientes la generación de resultados reales y sostenibles.